La poesía nace
Pues más temprano que tarde
Dolor el que impera dentro
al instante pleno de presentir
un dictamen que aún no existe;
una sentencia no evidenciada
como pintura hecha en el viento.
El discernimiento exhaustivo
en martirizar de una búsqueda
por una respuesta no comprobada,
descontrola mis sentidos
desestabilizando el pensamiento
y debilitando mi espíritu.
El deseo de alimentarme disminuye,
las ganas de diversión no nacen,
la insistencia por la soledad es constante,
igual al afán de beberme un trago.
Es entendible solo la música
que coincide con lo que la memoria
diserta en ese lapso temporal
mientras el audio de las letras fluye.
Hay imágenes presentadas
por el subconsciente que mira su objetivo
tan cerca, lamentando mi alma
la distancia real que existe.
La visión se hace fija…
perdiéndose en un punto lejano
administrado por el horizonte
que para ayudar,
repite las imágenes de quien me interesa.
No!… es la frase que se vaticina;
la palabra sospechada e invariable
difuminada en la materia gris
opacada por la negativa de la
insistente premonición
que prevé el humillante veredicto.
Soñado Amor… te hablo:
Es solamente el temor
de un previdente
que supone una respuesta
no obtenida y aún sumergida
en una gris esperanza…
El día abre la mano
Tres nubes
Y estas pocas palabras
Al alba busca su nombre lo naciente
Sobre los troncos soñolientos centellea la luz
Galopan las montañas a la orilla del mar
El sol entra en las aguas con espuelas
La piedra embiste y rompe claridades
El mar se obstina y crece al pie del horizonte
Tierra confusa inminencia de escultura
El mundo alza la frente aún desnuda
Piedra pulida y lisa para grabar un canto
La luz despliega su abanico de nombres
Hay un comienzo de himno como un árbol
Hay el viento y nombres hermosos en el viento
Hoy.... no puedo escribir, me tiembla la mano al tomar el lápiz,
tampoco puedo hablar de ti, mi voz se quiebra al hacerlo.
no puedo decir lo que siento, pues mi alma esta vacia
no sé si aún vivo, no escucho el latir mi corazón.
se viene una tormenta, se oscurece el cielo,
parece que llueve, no, es mi llanto
Hoy, siento el vacío sobre mi,
no respiro, me ahogo,
me siento dolente,
estoy perdida,
no te culpo,
lo siento,
te amo
aún.
Bajo las rotas columnas,
entre la nada y el sueño,
cruzan mis horas insomnes
las sílabas de tu nombre.
Tu ceremonioso pelo,
relámpago del verano,
vibra con dulce violencia
en la espalda de la noche.
Corriente oscura del sueño
que mana entre las ruinas
y te construye de nada:
amargos recuerdos, olvido,
húmeda costa nocturna
donde se tiende y golpea
un mar sonámbulo, ciego.
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