Te extraño tanto, sin saber a quién. Tengo tantas ganas de que no hablemos, y aun asi me pregunto de que cosas. Tengo tantos deseos de decirte que siento, cuando logre entender por fin qué es, que será, quienes somos. Tengo ansias de no mirarte y saber que estas ahi, y de por fin dejar de pensar por haberte comprendido y haber comprendido que nunca te tuve que pensar.

Para qué escribo si no es para llegar a ti
a través de lugares recónditos en que cualquiera no puede jugar
Para no agonizar encerrada en mi neurosis.
Para pintar de poesía y lavar la rabia y agonía de esta ciudad.
Para que cuando leas crees, cuando creas ames,
y cuando ames entiendas que somos más que lo creemos.
Para jugar con el tiempo y que este no sea mi peor o quizás único antagonista.
Para hablar conmigo misma y con todos a la vez.
Para contarle a Dios que se siente ser humano.
Para sentir como con cada grafema respiro
y estar tan atento que la muerte me olvide un momento.
Para no temer ni tener que luchar.
Para no morir de hambre ni de sordera.
Para que me leas y con ello nos leamos a la vez.

Y meterme en tu cama para que no me hables
Y pedirte que me abraces para no tocarte
Y perderme entre tus sabanas para que me busques la vida
Y respirar de tu aliento para recordarme que hoy vivo sola
Y decirte que me hables para ya no escucharte
Y mirarte tantas veces como para recordarte nunca
Y hablarte tan despacio que tan solo suene el silencio
Y sentir tanto miedo que ya no tenga más que perder
Y volar por sobre nosotros como un alma libre
Y recordar que eres aquello que pongo en palabras
Que aunque no sé quén eres,
vienes llegando a recordarme quién soy
E imaginar los recuerdos de un eterno presente
Y decir Te Amo…y morir en el intento.