Dolor el que impera dentro
al instante pleno de presentir
un dictamen que aún no existe;
una sentencia no evidenciada
como pintura hecha en el viento.
El discernimiento exhaustivo
en martirizar de una búsqueda
por una respuesta no comprobada,
descontrola mis sentidos
desestabilizando el pensamiento
y debilitando mi espíritu.
El deseo de alimentarme disminuye,
las ganas de diversión no nacen,
la insistencia por la soledad es constante,
igual al afán de beberme un trago.
Es entendible solo la música
que coincide con lo que la memoria
diserta en ese lapso temporal
mientras el audio de las letras fluye.
Hay imágenes presentadas
por el subconsciente que mira su objetivo
tan cerca, lamentando mi alma
la distancia real que existe.
La visión se hace fija…
perdiéndose en un punto lejano
administrado por el horizonte
que para ayudar,
repite las imágenes de quien me interesa.
No!… es la frase que se vaticina;
la palabra sospechada e invariable
difuminada en la materia gris
opacada por la negativa de la
insistente premonición
que prevé el humillante veredicto.
Soñado Amor… te hablo:
Es solamente el temor
de un previdente
que supone una respuesta
no obtenida y aún sumergida
en una gris esperanza…
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